Hay preocupación por los precios y la posible falta de stock en carnicerías y supermercados.
A pocas horas de que el presidente Alberto Fernández les comunicara a los representantes de los frigoríficos exportadores la intervención comercial, la Mesa de Enlace nacional dispuso un paro de comercialización por nueve días.
La medida, decidida por Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Coninagro y Federación Agraria Argentina (FAA), comenzará este jueves 20 desde las 0 horas hasta el viernes 28 inclusive, donde no se venderá ninguna categoría bovina (tanto para faena como para cría). Sin embargo, este paro no afectará el abastecimiento de carne durante la próxima semana.
«El abastecimiento va a esta cubierto, sin duda carne no va a faltar», dijo , Sergio Pedace, vicepresidente de la Cámara de Matarifes (CAMyA).
Según explicó Pedace, los frigoríficos y matarifes están previniendo la situación. «Ante un paro todo los trabajadores de la carne empiezan a tratar de comprar más carne para guardar para estos días». Aunque advirtió que si se prolonga la medida, podría haber faltante y aumento en los precios. «Ayer fue un día de mucha incertidumbre. La vaca bajo y hoy se mantuvo un poquito los valores. Sin duda esto afecta. El fin de semana puede haber aumento de precios», dijo.
Por su parte, Gonzalo Álvarez Maldonado, ex presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), descartó que puedan registrarse faltantes de mercaderías durante los 10 días de la medida de fuerza.
«La capacidad frigorífica abastece tranquilamente la población no tiene que haber faltante de carne y tampoco movida de precios, porque no va haber comercialización», aseguró.
Para Álvarez Maldonado la medida no incide en el precio en el mostrador. Y remarcó que «el problema macro de economía es debido a la pandemia, que hoy lleva una afectación inflacionaria». «Por otro lado se ha dejado del lado medida económicas para que haya mas trabajo en los últimos meses».
Porqué se generó el conflicto
La carne acumula en doce meses subas de casi el 65 por ciento, por encima del promedio general del IPC. Como es previsible. La explicación oficial es la siguiente: «Como consecuencia del aumento sostenido del precio de la carne vacuna en el mercado interno, el gobierno nacional decidió la instrumentación de un conjunto de medidas de emergencia tendientes a ordenar el funcionamiento del sector, restringir prácticas especulativas, mejorar la trazabilidad de las exportaciones y evitar la evasión fiscal en el comercio exterior».
En el Gobierno señalan que mientras se terminan de implementar tales medidas, las exportaciones de carne vacuna estarán limitadas durante un período de 30 días. el Presidente le expresó a los empresarios su preocupación por el crecimiento sostenido en los últimos meses en el precio de la carne vacuna en el mercado interno. Les informó a los representantes del consorcio ABC que dicho período podrá verse reducido en el caso de que la implementación de las medidas antes señalada genere resultados positivos, al tiempo que se habilitarán mecanismos de excepción para operaciones en curso.
Por su parte, el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes, advirtió que si el ruralismo no obtiene respuestas ante el reclamo por el cierre de las exportaciones de carne, las medidas de fuerza tomadas podrían profundizarse.
Chemes encabezó una conferencia de prensa junto a sus pares de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Daniel Pelegrina; de la Federación Agraria Argentina (FAA), Carlos Achetoni; y de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), Carlos Iannizzotto; en la que explicaron los motivos del cese de comercialización y profundizaron las críticas contra el Gobierno nacional.
“No nos gusta tomar esta medida, pero es un intervencionismo y con recetas que ya fracasaron. Este paro es sólo el comienzo de un paquete de medidas que se tomarán si no se obtienen respuestas. No es una amenaza, pero hay una estrategia pensada para que esto no sea sólo una manifestación de desagrado”, resumió Chemes.
Achetoni, por su parte, admitió que la voluntad del campo es “acabar con el conflicto, no iniciarlo” y que no pretenden que haya una escalada de protestas. Sin embargo, alertó que el problema es que estas medidas son totalmente inconsultas y abandonan la promesa de diálogo que muchas veces el Gobierno formuló. Los dirigentes aprovecharon la oportunidad para disparar fuertes críticas hacia los funcionarios nacionales.
“El intervencionismo no es la forma de cuidar los bolsillos. Lo que vemos es que no hay ningún plan económico ni de producción; estamos a la deriva. No hay rumbo ni conducción económica. Y están llevando a los productores a una situación de desaliento, de desconfianza”, cuestionó Iannizzotto.