Luego de estar 9 meses cerrado durante la pandemia y debido a las demoras en la habilitación del espacio, han tenido que tomar una decisión drástica.
Cecilia Berdichevsky, que nació en Buenos Aires el 31 de marzo de 1925 y murió el 27 de febrero de 2010, fue la primera programadora de la computadora Clementina
La Fundación Museo de Informática, Computadoras y Accesorios Tecnológicos (ICATEC), es el primer museo en su tipo en la Argentina, ubicado en la ciudad de Buenos Aires. Días atrás, anunció el cierre de su sala de exposiciones y la venta de algunos equipos, como la réplica de Clementina, la primera computadora de la Universidad de Buenos Aires.
Luego de estar 9 meses cerrado en 2020 y debido a las demoras en la habilitación del espacio, han tenido que tomar esa drástica decisión. “Teníamos habilitación de museo, nos enteramos en marzo de este año que en diciembre de 2019 se nos había quitado la habilitación porque había que hacer algunas modificaciones, pero nunca nos había llegado esa información”, explica a Infobae Carlos Chiodini, fundador y presidente de la Fundación Museo ICATEC.
Comenzaron a tramitar una nueva habilitación, esta vez ya no como museo, sino como centro cultural. Vale destacar que los rubros tecnología y ciencia no son parte de las habilitaciones de la ciudad. Entonces, es posible habilitar este tipo de lugares como espacios de arte o similares.
El Museo se dispuso, meses atrás, a tramitar su reapertura. Pero en agosto, la persona que estaba a cargo de esta tarea, recomendada por el sector de habilitaciones de CABA, dijo que ya no podía hacer más nada, debido a los problemas existentes con el edificio. “Es extraño porque en el edificio hay otros locales que están habilitados”, señala.
Desde agosto a noviembre, comenzaron a hacer pública esta situación. “10 meses sin trabajar, sin ingreso de dinero, y sin habilitación, el museo no puede seguir trabajando”, asegura Chiodini.
La semana pasada, tuvo una reunión con la Dirección General de Museos de la ciudad de Buenos Aires. “Nosotros pensamos que se iba a hacer algo fácil, que nos iban a dar la oblea de habilitación. Pero eso no fue así. Tengo que enviarles una serie de trámites a cumplir que van desde impacto ambiental hasta problemas de ruido, viento cruzado y más cosas, incluso inverosímiles…”, señala. Esta nueva reglamentación le costará al museo entre $300.000 y 400.000.
Clementina está a la venta. “Es la bandera que yo puse, en nuestro sitio estamos pidiendo donaciones, pero si no llegamos a recaudar los fondos que necesitamos, venderemos Clementina, lamentablemente es así”, sostiene Chiodini.
La réplica de esa computadora es un proyecto del museo que le costó 5 años de trabajo. “Había solo 19 máquinas fabricadas en el país en el año 1959, y nos pusimos en contacto con un museo en Manchester que tenía una, y empezamos a hacer un trabajo de museología de 4 años, de fotografía, de medidas y exactitud, y el museo empezó a construirla”, dice.
Replicaron Clementina para explicarle a la gente cómo era la primera computadora que creó la carrera de computador matemático, lo que es la informática hoy. “En cualquier reunión de informática te dicen que Sadosky trajo a Clementina a la Argentina, pero Clementina no está… ¿Cómo se entiende que es una máquina de 18 metros de largo? No es fácil de explicar ni de entender con una foto. Por eso se hizo Clementina”, explica.
“No tengo idea cómo voy a afrontar esto, algo que podrían haberlo hecho fácil, lo hicieron difícil. Yo creo que no se va a solucionar, pero el museo no va a cerrar… Nos trasladaremos a algún otro lado si tenemos algún ofrecimiento. O volveremos a ser un museo itinerante..”, confiesa.
Según ha indicado Chiodini en un posteo en Instagram de la cuenta del Museo, están sorprendidos por la cantidad de personas que están donando dinero. Al entrar en el sitio museodeinformatica.org.ar se puede leer: “Estamos viviendo uno de los mayores períodos de cambio tecnológico en la historia. Las computadoras se han convertido en un aspecto importante de nuestra vida, nuestra salud, nuestra educación, nuestra recreación y nuestro estilo de vida. Tenemos la oportunidad única de ayudar a preservar los espectaculares logros de la industria de la computación, ya que esta historia está sucediendo. Y te invitamos a unirte a nuestro esfuerzo en mantener viva esta historia”.
Es posible donar dinero que les permite mantener alquileres, servicios, estructura de exposiciones y restauraciones. Y por el otro lado, hay un programa de voluntarios, para trabajos de restauración o para catalogar artefactos raros y únicos, por ejemplo.