El mandatario analizó el duro revés en las elecciones PASO 2021 con sus ministros más cercanos: Cafiero, Katopodis y Zabaleta. Las medidas que se preparan y qué se dice sobre los posibles cambios en el gabinete.
El presidente Alberto Fernández llega a la Casa Rosada tras la derrota en las PASO 2021.
El primero de los diagnósticos de la derrota en las PASO 2021 lo realizó en la camioneta que lo llevó de vuelta a la Quinta Presidencial de Olivos el lunes por la madrugada. En el vehículo viajaban el presidente Alberto Fernández, el jefe de Gabinete Santiago Cafiero, el secretario general de la Presidencia Julio Vitobello y el vocero Juan Pablo Biondi.
Esas primeras conclusiones luego se profundizaron en un almuerzo que el mandatario mantuvo el lunes con dos sus ministros más cercanos: Juan Zabaleta (Desarrollo Social) y Gabriel Katopodis (Obras Públicas), al que luego se sumó Cafiero. Un primer análisis arrojó una deducción que todos compartieron: el Presidente perdió el tono moderado que lo llevó a la Casa Rosada y buena parte de los votos que él mismo traccionó en 2019 se esfumaron hacia otras opciones más moderadas.
Entienden que sobre el final de la campaña el jefe de Estado mostró un tono duro, radicalizado, que afectó aún más su imagen tras el OlivosGate. “Fue un discurso más parecido a los de Cristina Kirchner que a los del propio Alberto, que siempre abogó por la unidad”, le dice a TN.com.ar un funcionario al tanto de lo que se dialogó en el almuerzo. “Debe recuperar el protagonismo en la campaña”, agregan las mismas fuentes.
Para los funcionarios cercanos al Presidentes estos votos que Alberto Fernández perdió fueron a parar a candidatos moderados como Facundo Manes, que realizó una muy buena elección en la interna con Diego Santilli, el exministro del Interior y Transporte Florencio Randazzo y otros espacios minoritarios moderados. Las fuentes consultadas descartaron que ese apoyo se haya ido hacia los espacios más duros, como Juntos u otras ofertas de derecha.
Por eso, entre el paquete de medidas y acciones que prepara la Casa Rosada, además de acciones concretas para la clase media y baja y las Pymes, se espera un cambio de discurso del Presidente, con un mayor protagonismo y un llamado a la unidad. Es que cerca del jefe de Estado insisten en que Alberto Fernández está convencido de que la elección se puede revertir en noviembre pese a la derrota en 17 jurisdicciones, un mazazo que pocos esperaban.
Para esta etapa de la campaña que arranca y que culminará antes de las legislativas de noviembre, se espera un Presidente con mayor presencia en el conurbano bonaerense y en las provincias donde el Frente de Todos perdió de forma inesperada. Este martes Fernández retomará su agenda fuera de la Rosada al visitar Almirante Brown, distrito del sur del conurbano en el que el Frente de Todos se impuso en las PASO del domingo, donde recorrerá el Parque Industrial de Burzaco con el gobernador Axel Kicillof y el jefe comunal local, Mariano Cascallares.
El miércoles, su actividad va a volver a trasladarse a la Rosada cuando recibirá a varios gobernadores, todo los de las provincias petroleras, para presentar de manera oficial la Ley de Hidrocarburos. Del acto también participarán directivos de empresas del sector, como YPF, Pan American Energy, Tecpetrol, Pluspetrol y Total.
En medio de esta nueva estrategia de campaña, el Presidente debe resistir los embates de la vicepresidenta Cristina Kirchner que desde hace tiempo pide cambios en el gabinete. Apunta a Santiago Cafiero y el ministro de Economía Martín Guzmán. Entre los más cercanos a la titular del Senado se repite una frase que crece con fuerza en el oficialismo: “No se puede ganar la elección con un ministro que quiere ajustar”.
Frente a esto en el entorno del presidente Alberto Fernández aseguran que no tienen pensado hacer cambios en el equipo.
Los funcionarios más cercanos a Alberto Fernández le piden al Presidente que recupere la centralidad.
Aunque los anuncios se mantienen bajo estricta reserva, el Gobierno prepara medidas para el bolsillo de la clase media y baja. Se espera una inyección de dinero en la gente para reactivar el consumo e intentar mostrar reactivación para noviembre. Todo con el objetivo de no comprometer la vida legislativa del espacio en los últimos dos años del mandato de Fernández.
Es que en la actualidad el Frente de Todos tiene 120 diputados y si se repitiesen los resultados de las PASO quedaría en 117, con la salvedad de que el presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa no vota a excepción de necesidad de desempate. Juntos por el Cambio, que se preparaba mentalmente para perder algún legislador, se encontró con un escenario impensado, por encima de las expectativas previas al alcanzar virtualmente los 116 diputados. De esa forma se plantearía un escenario de empate.
En el Senado el escenario es aún más complejo ya que Cristina Kirchner podría perder el quorum y comprometer los últimos dos años de gestión.