El tanto convertido por Marcelo Weingandt a los 20 minutos del segundo tiempo fue anulado por el VAR por un finísimo offside del propio «Pulpo». Y terminó provocando la eliminación de Boca de la Copa Libertadores.
El gol convertido por Marcelo Weingandt a los 20 minutos del segundo tiempo por un finísimo offside del propio «Pulpo» y terminó provocando la peor pesadilla para Boca: una nueva eliminación de la Copa Libertadores.
Tras la decisión del VAR se desencadenaron algunas escaramuzas entre jugadores y hasta los cuerpos técnicos, siendo expulsados un colaborador del brasileño Cuca así como el entrenador de arqueros boquense Fernando Gayoso.
Los reclamos del propio técnico Miguel Ángel Russo fueron el mejor resumen del sentimiento «xeneize» por este nuevo fallo adverso tan difícil de advertir ya no solo para el ojo humano, sino también para el VAR y toda su parafernalia tecnológica.
Finalmente, en la definición por penales, la mala puntería de los futbolistas boquenses, que fallaron en tres de los cuatro tiros desde los doce pasos ejecutados, terminaron dándole injustamente el boleto de salida al conjunto argentino a manos de un equipo brasileño que nunca fue superior a lo largo de los 180 minutos de la serie, pero pese a ello ya está en cuartos de final.